El factor que determinará cómo se desenvuelven en la escuela y en la vida es la fuerza de la relación que él o ella tenga con el padre, la madre o cuidador principal
- Transmitirles protección y seguridad: Es necesario que haya una figura principal encargada de los cuidados más importantes, así como de suplir sus necesidades y darles amor.
- Fomentar la autonomía: Al principio mostrará su curiosidad con la mirada para meses más tarde comenzar a voltearse, reptar, gatear, andar, etc. Todo lo que está su alrededor le llama la atención, puesto que nunca lo ha visto, tocado o explorado.
- Explicarles sucesos que no entiendan: Debemos tener en cuenta la edad y la situación del niño para adaptar nuestra respuesta.
- Ser vistos: Piden a la figura de autoridad o de apego que le observen y que le den retroalimentación sobre cómo lo están haciendo. Es fundamental que nuestros hijos sean vistos y que les dediquemos suficiente tiempo de calidad.
- Imponer límites de forma sensible: “no te dejo hacer esto o aquello porque te quiero”. Aunque nos cueste denegarles algo, es imprescindible el establecimiento de límites para su correcto desarrollo y autoestima.
- Sintonizar emocionalmente: Debemos identificar bien y de forma precisa lo que necesitan o la emoción que están experimentando
- Actuar de manera responsiva: Este paso se realiza justo después de sintonizar con tu hijo emocionalmente. Por ejemplo: Si algo le molesta o le asusta, y lo identificas (sintonizas) es importante intentar darle una solución a su necesidad.
- Respetar y permitir la expresión de sus emociones: Cualquier emoción que sientan nuestros hijos es legítima, pero no toda conducta asociada debe ser permitida o aceptada.
- 9. Mostrarse disponible: Es importante mostrar una actitud positiva y respetuosa con el menor, entendiendo que el proceso de aprendizaje es una carrera de fondo que requiere de mucha paciencia y perseverancia.
- Sean predecibles y coherentes: Por ejemplo, en el apego ansioso-ambivalente, un tipo de apego inseguro, una de las características más sobresalientes de estos padres es que son muy ambivalentes, es decir, responden a sus hijos de manera irregular en función de muchas variables que se escapan al control de los niños.
- Empoderamiento: Es muy importante que el bebé se sienta apoyado en lo que hace. Y que sienta que sus padres confían en que lo hará bien.
- Amor incondicional: No hay ningún condicionante que haga subir o bajar nuestro cariño o amor hacia ellos.
Tomado de: https://www.nytimes.com/es/2018/01/12/espanol/habitos-ano-nuevo-resoluciones.html